Eduardo se encontró allí con un conocido de Santiago y se fueron a tomar un café mientras yo fui a recorrer una feria en la que había degustaciones de diferentes dulces chilenos y un show de bailes tradicionales. No supe muy bien que era lo que se celebraba pero evidentemente era una especie de festival en la entrada del shopping.
Después me fui a un sector donde había autos en exposición y me tomé un milk shake mientras recorría la Zofri. Durante el paseo me encontré con dos chicos del equipo de rugby que habíamos conocido en Purmamarca, y que vimos también en Tilcara y en el viaje de Puno a Cuzco. Sólo quedaban ellos dos, el resto ya había vuelto a sus casas, algo parecido a lo que había ocurrido con mis primeros compañeros de viaje en el norte argentino que ya estaban casi todos en sus hogares.
Cuando ya no tenía más nada que recorrer me puse a buscarlo a Eduardo, al que me costó hallar en aquel laberinto lleno de gente. Después de tomar algunas fotos regresamos al hotel y fuimos a averiguar los precios de los tours en la calle Baquedano. Ya era tarde y las agencias de turismo estaban cerrando, así que nos anotamos algunos números de teléfono con la idea de levantarnos temprano y comunicarnos con el fin de realizar el tour por el norte grande. La noche terminó, una vez más en un bar de Iquique pero esta vez volvimos al hotel temprano.
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